Karla Lara – Honduras

Karla Lara, nací en Tegucigalpa el 14 de junio de 1968, soy la tercera de siete hermanos, 5 mujeres y 2 varones.

Soy una de las hijas de la generación de los 80`s, el entorno de esta década en América Latina era convulsionado, nos marcaron las guerras de liberación en los países vecinos centroamericanos, Nicaragua, El Salvador y Guatemala, mientras vivíamos con tristeza la ocupación norteamericana y nos resistíamos a ella.

Nuestro canto creció contestatario, no podía ser de otra manera, fue la necesidad y la consecuencia la que lo determinó, fue así que teniendo apenas 16 años comencé a cantar con el grupo «Rascaniguas», y en el mismo año con el Coro de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.

Entre 1988 y 1992 canté con dos grupos salvadoreños «Cutumay Camones», y «Los del Oficio». En 1994 regreso a Honduras y me reintegro a «Rascaniguas» y en 1996 formamos el grupo «Doble Vía».

Para 1998 formamos el grupo «Trovason». Y para el 2001 yo esperaba mi cuarto hijo y decidí darme una pausa, intentar ser mamá «más disponible» y no volví sino hasta el 2003, ya con mas claridad de que los grupos son siempre efímeros porque se mezclan tantos intereses como expectativas que no los dejan quedarse, así que volví como Karla Lara, y mis amigos seguían y siguen siendo quienes me acompañan y permiten hacer un espectáculo con alegría, con propuesta, con espacio para pensar, para soñar, para alimentar el alma. Esos colegas son Ricardo Zavala, Nery Lara, Marino Rodríguez, Alfredo Corrales, y otros que han ido y venido en este caminar musical.

Hoy hace un mes presenté mi primer trabajo discográfico, se titula «Donde Andar», y se trata de un esfuerzo en el que participan amigos de la región centroamericana, y para suerte mía y del acabado final del mismo, colegas con mucha trayectoria, como es el caso del ceibeño Guillermo Anderson y de la guanacasteca (Costa Rica), Guadalupe Urbina.

El disco también me ha permitido presentar mi primer trabajo como compositora, en el tema que lleva el nombre del cd «Donde Andar», así como el privilegio de que Guadalupe Urbina musicalizara un poema escrito hace unos años a mi hija, «A Marcela». Entre los temas figuran un poema de Roberto Sosa, musicalizado por Rosario Rodríguez «La casa de la Justicia», un poema de Oscar Acosta, musicalizado por Alfredo Corrales, «El teléfono» y un hermoso tema de amor de David Herrera, «Si hay que amar». También incluye un tema del compositor salvadoreño Pedro Hernández «A veces».

La producción ejecutiva del disco estuvo a cargo de Terco Producciones, una joven empresa hondureña que sin dejar el cine y el audiovisual incursiona con mucho acierto en la producción musical. Ellos también son los responsables del hermoso diseño de portada y libro que podrá observar con el ejemplar adjunto.

La producción musical del disco a cargo de Guayo Cedeño, garantizó a todo el material una frescura en su propuesta que logra una fórmula envidiable entre contenido y vigencia armónica/ rítmica que abre, desde mi punto de vista, puertas a un mercado más grande que el que habitualmente pueda tener la música conocida bajo el género de la trova, que es bajo el que tradicionalmente he trabajado como intérprete en mis casi 20 años de carrera musical.

En el disco hay mucha variedad, no solo en la propuesta musical, sino en cuanto al contenido. Este proyecto que no busca sino posicionar en los corazones del público, la necesidad de música con mensaje, con una visión mas crítica y positiva en temas vigentes, como es la justicia, en temas necesarios, como es la distancia y la nostalgia que conlleva, en temas obvios como es el amor y la necesidad de abordarlos desde perspectivas mas libres, sin dolor, mas bien con atrevimiento y alegría, en temas urgentes como es la búsqueda de la equidad entre hombres y mujeres, para reconocernos como seres que volamos sobre el maizal, como dice Anderson en «Maria Dolores», y de mujeres que construimos caminos para un día andar libres, como sueño yo en, y a través de «Donde Andar».