Canciones de Rómulo Castro

    • El art de les teues mans
    • El arte de tus manos
    • Entremares
    • Los hijos del minotauro
    • Lúcuma en lavapiés
    • Mi tierra y tú
    • Pasión
    • ¿quién?
    • Retorno
    • El tío josé
    • Vaya usted a saber
    • Vuelve el sinaia al puerto de sète

 

EL ART DE LES TEUES MANS
Rómulo Castro / Panamá, 1998

 

Si no hagueren eixit de la seua terra

desfeta el ànima y totalment vençuts.

Si no xarparen a esta otra història,

yo no haguera naixcút.

 

Si no hagueren portat el seus records

de acèrvs paladars y sonits,

si no agnoraren tant la teua presència,

no seria yo el mateix.

 

País Valenciá:

mol mes que una pira voraç

que festeja el art de les teues mans,

mol mes que una bonica fallera

perfumá de tarongérs

 

País Valenciá:

mol mes que el Cid y las seuas batalles

mol mes que mòros y cristians;

sempre he begut de la teua font, sí,

sempre ausent y sempre amat.

 

Si no haguera heretat de la teua memòria

y amat als meus majors, sempre amats,

si no nutreixera el temps en la teua simént,

yo no haguera cantat.

 

País Valenciá:

 

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A Enriqueta Agut Armer y Rómulo García Salcedo

 

Dedicada a la tierra de sus abuelos maternos, esta canción

fue escrita originalmente en castellano,y traducida luego al

valenciano que se hablaba en Castellón de la Plana cuando la

Guerra Civil, por Enriqueta Agut y Adela García. Fue editada

previamente en «Amor a Medias» (Kiwi Records, Panamá, 1999),

el segundo álbum de Rómulo Castro y el Grupo Tuira.

La voz femenina que se escucha en la introducción pertenece a

la propia Enriqueta Agut, y fue grabada en las navidades de

1947, durante una fiesta de republicanos españoles en México.

A su actual versión se le han incorporado nuevos instrumentos

y ha sido remezclada especialmente para «Travesías».

 

====================

 

EL ARTE DE TUS MANOS

 

Si no hubiesen salido de su tierra,

deshecha el alma y totalmente vencidos,

si no zarparan a esta otra historia,

no habría nacido.

 

Si no hubiesen cargado sus recuerdos

de acervos paladares y sonidos,

si no añorasen tanto tu presencia,

no sería yo mismo.

 

País valenciano:

mucho más que una pira voraz

que festeja el arte de tus manos,

mucho más que una bonita fallera

perfumada de naranjos.

 

País valenciano:

mucho más que el Cid y sus batallas,

mucho más que moros y cristianos;

siempre he bebido de tu fuente, sí,

siempre ausente y siempre amada.

 

Si no hubiese heredado tu memoria

y amado a mis mayores siempre amados,

si no nutriese el tiempo en tu simiente,

yo no habría cantado.

 

País valenciano…

 

 

ENTREMARES

Rómulo Castro / Panamá, 2002

 

 

Tu sensación de país

siempre pasa por el mar.

Sus olas impertinentes

sobre la orilla…

sobre tu orilla.

 

Tu infancia evoca fragancias

de casona familiar

y mil recuerdos que vienen

de otro emigrar

-premonitorios-

fueron tu arcilla.

 

Tu juventud,

como sólo pudo ser

tu juventud:

eufórica intensidad,

amor que produce vida,

incluso tras sospecharte

en pecado capital

por lo que al vivir sentías

 

¡Ay de ti, Uruguay!

¡Ay de ti, Argentina!

¡Ay de ti, empacando sueños

pa’ no perder la vida!

 

¡Ay, de tu presencia!

¡Ay, de tu partida!

¡Ay, de tanta historia

tristemente repetida!

 

Y privada, simplemente,

del bullicio de tu mar,

cuestionando mil verdades,

volviendo sin regresar

extrañamente

de orilla a orilla

 

Porque volver,

-lo aprendiste

desgarrándote en volver-

es total recomenzar,

condimentando la vida

en la turbia inmensidad

de este nuevo y viejo mar

que ahora lame tus heridas

 

¡Ay de ti, Uruguay!…

 

=====================

 

A Sara Silveira y Alfredo Zitarrosa

 

Interpreta el relato-testimonio de Sara, otra amiga de

María Ángeles e igualmente miembro de «La Ví@ en Rosa»,

rioplatense que estuvo exiliada en Argentina tras el

golpe militar en su natal Uruguay.

 

 

LOS HIJOS DEL MINOTAURO

Rómulo Castro / Panamá, 2002

 

Rumbo a sus fantasmas,

sin retorno y sin jamás,

sobre la telaraña

de los hilos de su identidad.

 

Una mitad en vilo,

con la otra inconciliados,

vienen por el sendero

de los desencontrados.

 

Por todo equipaje,

sueños en si bemol

atrapados en certezas

que han perdido

de antemano.

 

Buscan un sitio al sol,

como antes lo buscaron

miles de tus hermanos.

 

Vienen, allende el mar,

de tu propio pasado,

hijos del Minotauro…

y de Ariadna

 

Y la rueca gira

simplemente a contramano:

son allá extranjeros

y aquí son extraños

 

Por todo equipaje…

 

============================

 

A María Ángeles Sallé

 

Las múltiples «identidades» y «desencuentros» del emigrante

y su estirpe. Las paradojas de los descendientes de emigrantes

que «regresan» a España; las de los otros miles de latinoameri-

canos que, sin esas «referencias» mediatas, aspiran encontrar

con igual derecho un lugar en ella.

 

LÚCUMA EN LAVAPIÉS

Letra: Rómulo Castro / Música: Rómulo Castro y Marco Linares

Panamá, 2002

 

«Canto por falta de memoria,

componiendo sin querer

melodías de ida vuelta

que acompañan mi emprender

caminos…»

 

El barrio no está tan lejos:

en tres paradas de metro se plantó en Lavapiés

¿Cómo lo ves?

Del Primer Mundo al Tercero en un dos por tres.

 

Sube -un poco a tientas- por la intersección,

cautivada por tiendas que exhiben a placer

tanto de exótico para quien por primera vez lo ve,

tanto de propio para quien creció con él.

 

Y ahora lo siente como dulce paliativo de su tierra,

de su amada,

de su siempre omnipresente tierra,

de infinitas tierras que conviven y enriquecen lo que ve,

como lo escucha,

como lo huele, lo siente y lo ve

en mucho más de las cien lenguas

que hoy habitan Lavapiés.

 

Disfruta la surrealidad que se ofrece a la vista

y apura el paso, febril, buscando el dulzor deseado,

el esperado

por los amigos a quienes prometió sorprender

hoy mismo, como a las diez,

con el sabor,

la sutileza

que deberá cruzar el charco rumbo a su mesa.

 

Lúcuma…

Arroz con leche a la…

Lúcuma…

¿Cómo lo ves?

Lúcuma…

Buscando lúcuma en Lavapiés.

 

Telas de Pakistán,

juguetes imposibles y mecheros de la China,

maracuyá,

papaya, plátano macho y te de Ceilán,

pero no encuentra su lúcuma.

 

Se mezclan flores, colores y televisores.

«uve hache eses» en SECAM y PAL,

subtitulados o en original.

Una partida interminable se juega al fondo, en una mesa,

y en las paredes,

variopintas convocatorias a mil empresas:

«clases de español», «asesoría laboral»,

y en la puerta de al lado más de un chaval.

Rostros que mezclan esperanza y fe,

celta, gitana, de los Andes y del Magreb,

el nuevo rostro de Lavapiés.

 

Disfruta la surrealidad que se ofrece a la vista,

pero redobla el paso al caer el sol,

pues ya la esperan

esos amigos a quienes prometió sorprender

en unas horas, como a las diez,

con el sabor,

la sutileza

que cruza el charco hasta Lavapiés,

rumbo a su mesa.

 

Lúcuma…

 

===================

 

 

A Martha Zein y Txema Abaygar

 

El barrio madrileño de Lavapiés constituye tal vez la capital

de la actual multiculturalidad española. En esa judería de

ayer también se hablan hoy más de cien idiomas y dialectos,

y se «encuentran» cosas de los más insospechados orígenes,

con las que el emigrante palia ausencias y adoba recuerdos.

La canción se construye en base a un relato especialmente

escrito por Martha Zein para estas «Travesías», que narra

una probable expedición en búsqueda de «lúcuma», un fruto

andino con el que también se preparan diversos postres.

Las voces femeninas son de Valeria Ovando (Chile). La voz

principal, de Fredy Sobers, baterista del «Tuira».

 

 

MI TIERRA Y TÚ

Rómulo Castro / Panamá, 1990

 

Una razón de vida me ató a tu suerte,

una canción de muerte nos dibujó

¿A quién agradecerle años de saberte,

vida, si fue Violeta quien te cantó?

 

Recorriendo estos días que voy a enviarte,

sumo lo mensurable y somos aún

dedos perdidos que arañan el espacio

¿Cuándo seremos manos?

 

Amor de besos ausentes,

dame la luz para andar.

Vine hasta aquí por quererte,

mi tierra y tú son mi paz.

 

¿Qué más decir de humanos en el bestiario?

¿Cuánto acertamos? ¿Cuánto no descubrí?

¿Cómo reconocerme fluyendo a diario?

¿Dónde multiplicarnos si no es aquí?

 

Dentro viven sonidos que quieren verse en luz.

Van tramando estructuras que no comprendo:

un acorde sesgado, un gesto y vuelves tú

¿Qué significa eso?

 

Amor de besos ausentes…

 

=====================

 

Editada previamente por Rubén Blades, en su álbum «Tiempos»

(Sony Music, 1999), con texto adaptado y bajo el título de

«Tú, y mi ciudad». La interpreta ahora Luis Arteaga, co-fundador

y segunda voz del «Tuira».

 

PASIÓN

Letra: Rómulo Castro / Música: Luis Muñoz

Panamá, 2002

 

Como el hijo varón

de la esperanza de tu padre,

que entre las fintas cariocas

de aquel circo no te vio mujer, y un día

aceptó sobrevivir… sin ti

 

Como la madre ausente que

intentas hoy

reconciliar allí, en claroscuro,

con tu certeza de

mujer de luz,

con la tibieza de

un aroma al Brasil que fue

y un Portugal de carne y hueso, que

simplemente es

cálido abrazo que

cambió tu sino

y adoptó en profecía

a esa niña que hoy madeja

los hilos de su destino.

 

Y esa frágil-pequeña que

trocó su mar

en mar de invierno,

en nido y ley,

también halló el amor

y el desamor,

cual raro pájaro

de generosidad y desencuentro,

certero y fiel,

alegría y dolor,

vital dolor,

piedra filosofal

de la pasión

y el argumento.

 

==================

 

A Carla Acosta-Reis

 

Terminada de componer expresamente para el proyecto «Travesías».

La música es del compositor y percusionista costarricense Luis

Muñoz, quien ya la ha editado previamente como tema instrumental.

La letra, escrita ahora por Rómulo, parte del testimonio de Carla,

una amiga y colega brasileño-portuguesa de María Ángeles Sallé,

al calor de su grupo literario virtual «La Ví@ en Rosa».

 

EL PUENTE DEL MUNDO

Rómulo Castro / La Habana, 1987

 

Verde cinta de tierra

que estando ausente sueño despierto,

cinta que un haz de acero cortó en el centro.

Rojo canal de savia brota de un tajo de la sandía,

sangre en caudal que enero dio por semilla.

Llaga que me lacera, que me lastima.

 

Piedra de Cielo, Agua de Luna:

arcano de tu destino sobre las dunas,

fragancia de tu distancia que me perfuma.

 

«Bursob, Nakudili.

Na ambemarga binsaed dake:

Mimmigan nue ebinsamalo

we anmar nan napguana naidi

ibi nuedi.

¡Nue sabguamalo, nue akuemalo!

Be mimmigan iduar».

 

«Bursob, Nakudili.

Les brindo un consejo:

Hijas mías, recuerden

Que ésta, nuestra Madre Tierra,

es necesaria.

¡Ámenla y cuídenla!

Para cuando lleguen sus hijas e hijos».

 

Fuente de juventud

de la centenaria sed de Occidente,

magra ración de sueños para tu gente.

Para quererte más que a cuentas de vidrio, telas y espejos,

tambor y socavón me acompañan, lejos.

Hablo a mis hijos del recuerdo de El Viejo *

 

Agua de Luna, Piedra de Cielo:

memoria, sin tu equipaje no alces el vuelo;

no dejes que olvide que tengo raza y sueños.

 

* Omar Torrijos

 

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Compuesta en Cuba en los años de la «Crisis» panameña previa

a la Invasión norteamericana de diciembre de 1989. Fue inter-

pretada por Rubén Blades («Tiempos» / Sony Music 1999), con

texto adaptado y bajo el título de «Puente del Mundo». La

locución intermedia, en voz del pintor panameño Ologuagdi,

pertenece a la tradición oral de la Cultura prehispánica Kuna.

 

¿QUIÉN?

Rómulo Castro / Panamá, 2000

 

Quién fuera vagabundo:

desconectado y libre

de otros asuntos,

sin código de acceso

y sin visa múltiple

rumbo al mundo.

 

Quién fuera equilibrista:

suspendida en un hilo

su vida misma,

flotando en la aventura

de ser él mismo

y su propia crisma.

 

Quién fuera segador

de su propia siega…

 

Cristiano en Tierra Santa,

madre en apuros,

puertorriqueño en Vieques,

niño en lo oscuro.

 

Hutu en casa de Tutsi,

muchacha fea,

amigo porque sí,

etíope en Eritrea.

 

Quién fuera indiferente:

el corazón blindado

al dolor de gente,

seguro en el silencio

y la eterna paz

de quien yace ausente.

 

Quién fuera sordomudo:

a fuerza de silencio,

claro y agudo;

con patente de corso

para mandar al mundo

por un tubo.

 

Quién fuera domador

de su propia fiera…

 

Judío en Terezín,

párroco sin oblea,

borracho sin desliz,

palestino en Judea.

 

Anciano en el desván

o en Aranjuez contigo,

prostituta feliz

o seropositivo.

 

Cristiano en Tierra Santa…

 

====================

 

Compuesta especialmente para este álbum (Travesias), esta

canción recoge una reflexión del autor sobre los desconciertos

y desafíos de los habitantes de la nueva sociedad global; una

sociedad en la que –en cierto modo- todos somos de alguna manera

emigrantes.

 

 

RETORNO

Rómulo Castro / Panamá, 1984

 

 

Cien torrentes,

mil remansos,

y un reconocerte en cada gesto,

y un saber cuándo me estás llamando,

y así se firma de nuevo el pacto.

 

Pude alejarme de ti,

quise olvidar nuestro amor

de canto a canto.

Y refugiarme en la vida

que fui buscando,

y no acordarme de ti

para no alentar el llanto,

y descubrí que estas cosas

me están matando.

 

Morena:

yo por tu amor vivo soñando,

yo por tu amor sigo peleando.

 

Canción que extiendes tus alas,

guitarra que la acompañas,

desafinando:

díganle que soy el mismo,

desesperado,

el mismo que le fue fiel,

aunque estuvo distanciado,

y vuelve lleno de angustias

que fue encontrando.

 

Morena…

 

========================

 

Festejo del «Retorno» a Cuba, en cuyo Oriente transcurrió

buena parte de la infancia y adolescencia del autor, y en

donde su bisabuelo Manuel García Plo hizo la «mili» colonial

española. Esta canción fue editada previamente en «Herencia»

(Kiwi Records, Panamá, 1997), el primer álbum del Grupo Tuira;

y en «The Rough Guide To Central America» (World Music Network,

Londres, 2001). El tema fue remezclado especialmente para su

actual edición.

 

EL TÍO JOSÉ

Rómulo Castro / Panamá, 1984

 

Un día cerró proyectos, lienzos y estrellas

y fue a pelear por rehacerlos cual debe ser.

Y demostró que el humor mejora la guerra,

y si has de hacerla y sonríes, valdrás por cien.

 

La guerra que fue perdida y que costó tanto,

el barco que parte en viaje de no volver,

la tierra que se hace chica tras la baranda,

la vida que lleva en brazos y ha de crecer,

para empezar otra vez…

 

Viene el tío José

con la alegría a flor de piel

¿Qué otro hermoso sueño trae con él?

 

¡Qué clase de hombre!

¡No tiene nombre!

¡Lo habrás de conocer!

Viene el tío José

con la alegría a flor de piel

¿Qué otro hermoso sueño trae con él?

 

La nueva tierra que deja de serle extraña

y su estampa inverosímil en el dintel.

Historias, por verdaderas casi imposibles

y un niño que espera un día ser como él,

para empezar otra vez…

 

Viene el tío José…

 

=====================================

 

Dedicada a José Agut Armer, pintor, escultor, escenógrafo y

diseñador industrial valenciano, eventualmente también capitán

del ejército republicano español. El «tío Pepito» constituyó

un referente importante en la infancia del autor. Dedicada

también a José Cambra, compañero imprescindible del autor en

esta travesía.

 

VAYA USTED A SABER (Cómo Quisiera)

Letra: Rómulo Castro / Música: Marco Linares y Rómulo Castro

Panamá, 2002

 

No le tengo que decir

que son malos tiempos,

si usted los vive también.

No tengo que convidarle

al predicamento

con que amargo la mañana

y endulzo el café.

 

¡Vaya usted a saber!

Si antes alcanzaba, de a vaina’,

pa’ la esperanza y la fe,

hoy ya lo olvidé,

entre tanta frase hueca

y tanta promesa, quedé.

 

Yo no tengo a la verdad

como un ave, presa,

ni añoro el tiempo que fue.

Sólo sé que hoy la sonrisa

no es de oreja a oreja;

que merecemos, pana,

más que adolecer

 

¡Vaya usted a saber!…

 

Cómo quisiera, en mi propia tierra,

mis propios sueños alimentar.

Tanta riqueza mi suelo encierra,

tanta alegría, tanto penar.

 

======================

 

Esta canción ha sido compuesta especialmente para el Album

«Travesías» y está dedicada a los millares de emigrantes

latinoamericanos que salen hoy de sus castigados países,

con un equipaje lleno de desconciertos, dolores y esperanzas.

 

VUELVE EL SINAIA AL PUERTO DE SÈTE

    Apolínea

    Dionisíaca

Rómulo Castro / Panamá, 2001

 

Vuelve el Sinaia al puerto de Sète,

Abuelo,

brevemente, rumbo a tu suelo

un nuevo Perpignan desandaré,

armado de improbables cuándo y qué,

remendando ausencias

con esta cadencia

que, a mi modo, entraña

la siempre España

de tu presencia.

 

Vuelvo, como la lluvia de abril

y el sol de mayo,

al olmo viejo hendido por el rayo.

Pudiera parecer pueril,

pero este cante vuelve a su redil.

Soleares quiero,

habaneras llevo.

Y como estoy por partir:

si me quieres escribir

ya sabes mi paradero.

 

========================

 

A Rómulo García Salcedo

 

Dedicada a su abuelo, comunista valenciano, ingeniero

industrial y subsecretario de armamentos de la República

española. Hace referencia al único viaje a América del

vapor «Sinaia», que en 1939 transportó a más de un millar

de republicanos a Veracruz, México, desde el puerto fran-

cés de Sète. Entre esos emigrantes también se encontraban

sus abuelos y su madre, Adela, la pasajera más joven del

«Sinaia». Formalmente, la canción se compone de dos partes:

la primera, a la que podríamos llamar «Apolínea», consti-

tuye un homenaje íntimo. La segunda, «Dionisíaca», recrea

el argumento y cierra estas «Travesías» musicales en

tonalidad mayor.


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